lunes, 26 de octubre de 2009

La Mexicana

. En una etapa de fiestas adolescentes en casa, se nos dio por comprar tequila. Como en general a esas fiestas asistían amigos míos y de mis hermanos que, a su vez, pertenecían a diferentes grupos, la función del tequila era amalgamar. Cuando se arman fiestas con gente proveniente de diversos círculos, estos tienden a sectorizarse y no a mezclarse, por lo que queda un grupito acá, otro allá, otro que se apodera de la bandeja de CDs, unos que se van afuera, etc. Pero, cuando aparecía el ritual del tequila, todos se reunían en una gran mesa y comenzaban a mezclarse. Para la tercera ronda era un solo grupo de gente charlando y aparecía una guitarra, se cantaba a capella o se formaba una masa de gente en el medio del ambiente y cada canción se bailaba con una persona distinta. Si; éramos jóvenes, lindos y creíamos que nos llevábamos el mundo por delante.

. De esas juergas, en alguna ocasión sobró algún culito de tequila que descansó durante un tiempo en el mueble de bebidas hasta que Mimadre aprovechó para probarlo.

. A la pregunta de “¿y esto, cómo se toma?", Mis hermanos y yo armamos una mesa con un limón cortado en 4 gajos, un toc-toc y un platito con sal. Mi hermano explicó: “Mojate el dorso de la mano así, con la lengua, para que se te pegue la sal. Le das un lengüetazo rápido, tomás el tequila de un saque y después mordés una rodaja de limón para darle sabor.”

. Mimadre se dispuso a probar el tequila. Toc toc servido, se pone sal en la mano y comienza a lamérsela dando un largo lengüetazo, como si fuese un caballo al que le dan un premio, hasta que no le quedo más sal en la mano. Con cara de haber estado chupando sal, toma el toc toc y comienza a beberlo lentamente (tardo unos 7 o 10 eternos segundos en beberse el vasito). A medida que “libaba” el tequila más que tomarlo, su rostro comenzó a deformarse; parecía que Ms. Hyde iba a surgir después de tomar ese brebaje mexicano de dudosa calidad. Se el comenzó a derramar el tequila por la comisura, intentó pararlo con la mano y la mitad de la medida cayó sobre el pulóver de lana. El vasito casi estalla cuando, desesperadamente, lo deja sobre la mesa y agarra un gajo de limón, se lo mete a la boca y comienza a masticar, con cáscara y todo, retorciéndose ante la acides implacable del cítrico. Un minuto después, con la cara roja y lagrimeando, sentencia: “la verdad es que no le encuentro la gracia a esto del tequila.”

domingo, 18 de octubre de 2009

...

CERRADO POR FERIADO

domingo, 11 de octubre de 2009

Mensajitos.

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Nadie me saludó hoy
para el día de la
madre.
De:Mama Cel
7:32pm 11-OCT-09
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Es q No es el día de
la madre me dicen acá.
De:Mama Cel
7:37pm 11-OCT-09
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jueves, 1 de octubre de 2009

Et voilà!

Comenzó como podría comenzar una película francesa de Cantet:

INT. ESTACIÓN DE SUBTERRÁNEOS MIRAIL-UNIVERSITÉ. DÍA

. La estación de la ciudad de Toulouse, Francia, esta vacía. Un reloj de leads rojos muestra "dimanche XX/XX 9:23". La luz de tubos de la estación baña todo el lugar de forma difusa y pareja, el metal reluciente y las paredes blancas dan ese tono impersonal que tienen algunos lugares europeos, propios del bienestar y neutralidad del primer mundo o de las pesadillas de Huxley. La linea del andén se pierde en una fuga al infinito, junto con las paredes que lo enfrentan. Sobre una de las paredes, una garita metálica encierra a una chica vestida de chaqueta azul y rodete en el pelo. La chica está inmóvil, mirando hacia adelante. Detrás de la garita, una luz de otro tono indica una salida hacia el exterior.

SE ESCUCHAN UNOS PASOS
QUE COMIENZAN A REVERBERAR
CADA VEZ CON MAS INTENSIDAD.

. La mujer de la garita gira levemente la cabeza hacia los pasos, esperando. De la luz que da al exterior entra Mimadre vestida con pantalones negros, una blusa clara, una camperita de cuero marrón, lentes oscuros y una mochila verde petróleo a la espalda. Se acerca a la garita, se saca los lentes, se descuelga la mochila, la abre, busca dentro de la mochila mientras sostiene los lentes en la mano, continua buscando, deja los lentes sobre el mostrador de la garita, se agacha, apoya la mochila en el suelo, busca dentro de la mochila, saca cosas de a una y las va colocando alrededor de la mochila, encuentra lo que buscaba. Deja las cosas y la mochila en el suelo y se levanta. Abre el monedero y le da un billete a la muchacha. La muchacha le da una tarjeta de pasaje y el cambio. Mimadre toma el pasaje, guarda el cambio y se agacha a meter las cosas nuevamente en la mochila. Sale caminando hacia los molinillos, la chica de rodete golpea el cristal de la garita, Mimadre se da vuelta, la chica le señala los lentes sobre el mostrador de la garita. Mimadre vuelve y toma los lentes. Mimadre camina hacia los molinillos. Los molinillos están a mitad del andén. Mimadre llega a los molinillos, inserta la tarjeta de pasaje. La maquina chupa la tarjeta y comienza a hacer ruidos extraños, ruidos que no son de maquina del primer mundo.

LA MAQUINA HACE RUIDOS
DE MOLINILLOS DE
ESTACIÓN RETIRO,
ESFORZÁNDOSE POR TRABAJAR,
RUIDOS DE MOLINILLO DE TERCER MUNDO.

. La máquina escupe la tarjeta nuevamente hacia atrás y muestra "erreur" en el display. Mimadre vuelve a colocar la tarjeta una y otra vez más pero la maquina sigue mostrando "error" en la pantalla. Mimadre toma la tarjeta; prueba el molinillo para ver si gira, pero esta trabado. Mira hacia ambos lados del anden vacío y se manda por debajo del molinillo. Tiene la cabeza del otro lado, pero se le trabo la mochila, tironea y tironea pero no logra zafar.

SE ESCUCHAN REPETIDOS SILVATAZOS.

. De la nada, aparece corriendo un policía francés con un silvato en la mano y comienza a increparla. Mimadre está atrapada debajo del molinillo e intenta explicar su proceder. El policía, ferrea y evidéntemente, le indica la falta que está cometiendo. Mimadre intenta explicar qué pasó en un inglés casi ininteligible.

OFICIAL DE POLICÍA
Je ne parle pas l'anglais

. Mimadre, en su desesperación, pronuncia las únicas palabras de francés que aprendió para sobrevivir en un país negado al aprendizaje del idioma anglosajón.

MIMADRE
Café au lait. ¡Café au lait!

El policía francés, envuelto en su primera experiencia surrealista, se queda mirando a Mimadre atrapada, agachada, en el molinillo. Mimadre toma la tarjeta y la levanta lo más alto que puede desde su posición.

MIMADRE
¡Error! ¡Error!

. El policía toma la tarjeta, la revisa. Mira la gran flecha blanca que indica en que posición hay que poner la tarjeta dentro de la máquina, la coloca en la máquina y el molinillo acciona a la presión ejercida por los tironeos de Mimadre que, en un movimiento involuntario pero feliz, se para y evita quedar desparramada en el medio del andén.

. Empezó como una película francesa... pero terminó como una comedia argentina de Juan José Jusid.



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