viernes, 26 de junio de 2009

Las Eras Gastronómicas

La Historia de mi familia se divide en Eras. De esa forma, con mis hermanos, podemos posicionarnos rápidamente en un período histórico determinado y contextualizar una situación. Estas Eras están definidas por acontecimientos gastronómicos específicos que se extendieron en un lapso de tiempo determinado y marcaron a fuego nuestra existencia... ya sabemos gracias a quien, no creo que sea necesario mencionarla.

Pongo un gráfico de las Eras y duraciones relativas (click para agrandar):



La Era de la Sopa (licuada): Primitiva y espantosa como suena, en esa etapa todo era verde musgo. Siempre la relacioné con el Pantano del Hedor Eterno por su consistencia y por cómo burbujeaba de la misma forma sobre la hornalla de la cocina. Por otra parte, la imagen mental que me quedó es la de Caldo Primordial.

La Era de la Milanesa de Soja
: La etapa desértica y sin sabor. Meses y meses donde lo más sabroso de la comida era el vaso de agua con el que pasar esa pasta pegajosa por la garganta.

La Era de la Sopa de Repollo (Dieta de la NASA): La hacía en olla tipo regimiento, así que sabías que SIEMPRE estaba porque se calentaba en microondas y antes de cada comida.

La Era del pollo al horno: Un respiro exquisito y simple.

La Era de los brotes de soja: La comida principal podía cambiar, pero la guarnición era siempre de gusanos blancos.

Era del Pez pollo con hinojo: Al horno y sin nada más. No fue tan mala, pero mis hermanos la sufrieron mucho. Por suerte se matizó con la Era de las Empanadas Nocturnas (que siguió durante bastante tiempo).

Era de las Supremas de Pollo: Unida a la de las Empanadas Nocturnas, fue la Edad de Oro de la gastronomía familiar.

Era de las Carnes: Habla por si misma... Mi madre en esa época hacía dieta macrobiótica.

Era de las Tartas: Tartas variadas (de verduras) y abiertas (con una sola tapa). Fue la última en la que estuve antes de mudarme. No era mala, pero tampoco la mejor. Siempre quedará en nuestra mente la era dorada de las Supremas de Pollo al horno.


martes, 16 de junio de 2009

LSM - Lenguaje de señas de mi madre

. Estar en el asiento del acompañante cuando mi madre conduce es, en si mismo, una experiencia traumática. Es de esas personas que adquieren una posición extraña frente al volante: tira el asiento hacia adelante, lo más posible sin que se salga; se inclina hacia el vidrio dejando el rostro a 20 cm del parabrisas, frunce el ceño y mira hacia ambos lados continuamente mientras conduce a un 50% por debajo de la velocidad permitida, lo que transforma al vehículo en un perpetuo auto de caravana fúnebre. Resumiendo: si necesitás llegar rápido, mejor ir caminando.

. Eramos los primeros de una larga formación de autos esperando en el semáforo. Cuando cambió a verde mi madre puso primera, pero aceleró tan fuerte que el auto se ahogó y se detuvo. Intentó ponerlo en marcha nuevamente, pero había dejado el cambio puesto, por lo que el pobre auto comenzó a pegar tirones sin lograr arrancar. Los autos de la larga fila comenzaron a tocar bocina. Mi madre se puso algo nerviosa y trató de ponerlo en punto muerto pero se pasó y puso segunda, por lo que el segundo intento de arranque también se truncó. Los tirones nos habían llevado a la mitad del cruce de las calles y la sinfónica de bocinas comenzaba a agrandarse. Mi madre se puso más nerviosa y comenzó a hacer ademanes sin lograr sincronizar sus movimientos; le daba marcha pero no aceleraba, sacaba el cambio, aceleraba sin dar marcha, etc. Fueron segundos eternos. La camioneta que estaba detrás nuestro nos adelantó por izquierda y al paso gritó "¡Vieja Boluda!". Mi madre se puso MUY nerviosa y comenzó a hacer una especia de don pirulero frenético con sus manos hasta que extendió un brazo y levantó la mano en señal de fuck you, sin embargo el dedo extendido hacia el otro conductor no fue el medio sino el índice. En ese momento, mi rostro pasó de rojo a amarillo y luego a verde, mientras en mi cabeza una frase me adelantaba por izquierda: "al final el tipo tiene razón, vieja... y boluda".


viernes, 12 de junio de 2009

De Ripley...

El 12 de junio de 2009 14:32, xxxxxx xxxxxx escribió:

Hijito, ya no me duele el pie. Gracias por haber ido a lo de Doña xxxxxxxxxxx. Te voy a llevar algo lindo de regalito.
¿Cómo anda todo por allá? Deciles a tus hermanitos que le escriban a su pobre madre, que nadie se acordó de ella cuando estaba convaleciente.
Nos quedamos este fin de semana a pasear y el domingo a la noche salimos para el coloquio de Tubinga.

Besos, Mamá.

. Creer o reventar... Plop.


lunes, 8 de junio de 2009

Mail-Bomba

. Es la quinta vez que lo leo y todavía no lo puedo creer. La primera vez pensé que era un chiste. La segunda vez vi que era en serio. La tercera fue para cerciorarme. La cuarta lectura me llevó a hacer una antología mental de este tipo de situaciones de su parte, ya que no es la única. Copio, pego y releo por quinta vez y no logro creerlo del todo. Estoy casi seguro de que el propósito primordial de las madres en este mundo es hacer pasar vergüenza a sus hijos. No una vergüenza frente al otro, sino una vergüenza personal y primigenia que nos hace preguntarnos una y otra vez quién es esa persona que nos ha criado todo este tiempo.

. Los pongo en contexto para que entiendan la gravedad del asunto: mi madre es doctora de la facultad de ciencias humanas, reconocida -dentro de su círculo- y publicada en varias revistas especializadas. En este momento está en Europa, saltando de simposio en conferencia y de biblioteca en museo; paseándose cual vedette de las letras duras en los pasillos de las mejores universidades europeas.

. Y me acaba de escribir un mail hace unas horas...

El 8 de junio de 2009 10:21, xxxxxx xxxxxx escribió:

Hijo, haceme un favor. Andate hasta xxxxxxxxxx xxx (N. del A.:dirección a la cual supuestamente me tengo que dirigir) y decile a Doña xxxxxxxxxxx, la curandera, que se me torció el tobillo derecho y se me hinchó tanto que no puedo caminar. Necesito que me cure lo antes posible porque estoy tirada en el hotel sin poder hacer nada de nada y quiero salir a pasear. Hoy se fue un grupo a Toledo y no pude ir de tanto que me duele.
Acordate de decirle que es el derecho.

Cómo están tus hermanos? hacen mucho lio? si ensucian limpien todo, que no llegue yo y sea todo un chiquero. Contame algo que estoy acá tirada y no puedo hacer nada.

Besos.

Mamá.

--------------------------------

. Mi respuesta:

En pleno siglo XXI, dando conferencias en europa y paseando por la Puerta del Sol, vos me decis por MAIL, que vaya a ver a una curandera????? Por que no llamás a un médico, o para que contrataste el seguro ese que cubre todo?

-------------------------------

El 8 de junio de 2009 13:57, xxxxxx xxxxxx escribió:

Los médicos son unos chantas y no saben nada. Haceme caso y andá a ver a la curandera y decile que es el tobillo derecho. Es la que le sacó los cálculos a tu padre. Yo voy siempre que tengo algo, es buenísima.
Lleva xxx pesos
(N. del A.: si, tres cifras señores), pero no se los des a ella, que no puede agarrar plata, se los tenés que dejar a la chica que te atiende, que es como la secretaria


Mamá.


¡Si te gustó lo que leiste, compartilo!