. Hace un tiempo vi varios capítulos de ALF. Me trajo muy lindos recuerdos y redescubrí lo buena que era: chistes ácidos y políticamente incorrectos a flor de piel bajo un manto de comedia para infantes o púberes.1
. Como es una serie que se ancla en mi infancia, prefiero verla en doblaje latino y no subtitulada. Fue así que vi aquel episodio en el que ALF se filtra ilegalmente dentro de la radiofrecuencia presidencial para advertir sobre los peligros del armamento nuclear y es confundido con un terrorista, dando pie a innumerables y descabelladas situaciones hilarantes para el deleite de grandes y chicos... y recordé una anécdota con ese capítulo.
. Llega, en la vida de todo niño, un momento en el que desea acrecentar su vocabulario, cultivarlo, aprender nuevas palabras y buscar el momento para poder usarlas. En ese momento de la vida, los niños son como esponjas de palabras... y la televisión ayuda mucho en esta tarea. Fue así que sucedió que Mimadre se estaba duchando y sonó el teléfono; contesté y era para ella. Cuando salió del baño, me preguntó quién era y le respondí que había llamado el director de nomeacuerdo. Ah -me dijo- ¿y qué le dijiste?. Le dije que estabas en el baño, indispuesta. ¿¡QUÉ!? ¡cómo le vas a decir eso! Claro -contesté demostrando mi amplio vocabulario recién adquirido- indispuesta, "que no estabas disponible". Creo que ella no escucho mi irrefutable explicación cuando salió corriendo a llamar a esta persona; yo no entendí hasta después de un par de años años el porqué de que mi madre haya reaccionado así.
1- N del A: Mi padre solía llamarme ALF por romper todo lo que tocaba y mi asombrosa capacidad omnívora.
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