lunes, 22 de febrero de 2010

¿Te acuerdas de ALF? ¡Volvió! ¡En forma de anécdota!

. Hace un tiempo vi varios capítulos de ALF. Me trajo muy lindos recuerdos y redescubrí lo buena que era: chistes ácidos y políticamente incorrectos a flor de piel bajo un manto de comedia para infantes o púberes.1
. Como es una serie que se ancla en mi infancia, prefiero verla en doblaje latino y no subtitulada. Fue así que vi aquel episodio en el que ALF se filtra ilegalmente dentro de la radiofrecuencia presidencial para advertir sobre los peligros del armamento nuclear y es confundido con un terrorista, dando pie a innumerables y descabelladas situaciones hilarantes para el deleite de grandes y chicos... y recordé una anécdota con ese capítulo.


. Llega, en la vida de todo niño, un momento en el que desea acrecentar su vocabulario, cultivarlo, aprender nuevas palabras y buscar el momento para poder usarlas. En ese momento de la vida, los niños son como esponjas de palabras... y la televisión ayuda mucho en esta tarea. Fue así que sucedió que Mimadre se estaba duchando y sonó el teléfono; contesté y era para ella. Cuando salió del baño, me preguntó quién era y le respondí que había llamado el director de nomeacuerdo. Ah -me dijo- ¿y qué le dijiste?. Le dije que estabas en el baño, indispuesta. ¿¡QUÉ!? ¡cómo le vas a decir eso! Claro -contesté demostrando mi amplio vocabulario recién adquirido- indispuesta, "que no estabas disponible". Creo que ella no escucho mi irrefutable explicación cuando salió corriendo a llamar a esta persona; yo no entendí hasta después de un par de años años el porqué de que mi madre haya reaccionado así.

1- N del A: Mi padre solía llamarme ALF por romper todo lo que tocaba y mi asombrosa capacidad omnívora.
---------------

sábado, 6 de febrero de 2010

Talk Show

. Los programas favoritos de Mimadre son los Talk Shows. Es algo que mira para realizar una pausa entre la traducción de antiguos textos helenísticos y alejandrinos, el dictado de clases, el análisis comparativo, la presentación de proyectos, la traducción de textos griegos, el seguimiento de doctorandos e ir a la verdulería.
. Su favorito era el gran programa de Lia Salgado, pero la bastardización del género por conductoras como Moria Casán, hizo que este tipo de programas se eliminen de la oferta televisiva argentina y tuvo que recurrir al final de la grilla de canales, donde en este momento se empacha de Verdetto Finale (RAI Uno - Italia) y El Diario (Antena 3 - España).

. Cierto día, caminaba desde mi habitación hasta el comedor y cuando paso por la puerta de su habitación, tuve que detenerme en seco ante tan trágica escena. Allí estaba Mimadre como nunca la había visto, sentada en la cama, sola, con los ojos rojos de tanto llorar y un pañuelo blanco -tomado con ambas manos- sobre la boca para reprimir los desgarradores lamentos. Nunca la había visto tan desgraciada, tan indefensa ni tan abrumada por el dolor. Estás bien, le pregunté. Su única reacción fue mover sus ojos para mirarme, sonarse la nariz y sollozar. A medida que me acercaba para que me cuente qué cosa tan trágica apenaba su corazón, mi cabeza buscaba qué gran desgracia podía poner a Mimadre de esa manera y por qué no había ido a compartir su dolor con nosotros que estábamos en la casa. ¿Se habrá separado de papá? ¿pasó un accidente en el que murió un familiar muy cercano o un amigo? ¡qué malestar puede hacer que una persona se sienta tan apesadumbrada!
. Me senté a su lado, le apoyé una mano en el hombro y volví a preguntar qué es lo que pasaba y por qué estaba tan mal. Con el pañuelo todavía en la boca y entre sollozos me dice, ininteligiblemente "esh de nto ika mas desnos iva y lica no iere ver-la". Por un microsegundo pensé en aquellos capítulos en que La Chilindrina llora y no se entiende lo que dice cuando le preguntan. Nunca había visto a alguien que le pasara esto en la vida real, pensé que solo era algo de chicos; pero ahí estaba Mimadre, con un dolor tan profundo en el pecho que no la dejaba articular palabra alguna. Le tomé las manos que sostenían el pañuelo frente a su boca y las bajé lentamente, al mismo tiempo que le decía que me repitiera porque no entendía lo que me estaba diciendo. Ella señalo hacia adelante, yo me di vuelta y vi el televisor, y me di cuenta de que estaba encendido, y vi la cara de Franco Bagnato, y vi el zócalo que rezaba "Gente que busca gente", y luego vi a una señora llorando en una silla, y escuche a mi madre que me repetía "Es que no ve a su hija desde hace mas de diez años y ahora su hija no quiere verla". Y se largó a llorar nuevamente, desconsolada.

¡Si te gustó lo que leiste, compartilo!